Medicina integrativa para el tratamiento del cáncer: un complemento a la medicina convencional

Medicina integrativa para el tratamiento del cáncer: un complemento a la medicina convencional

La búsqueda de tratamientos efectivos para curar el cáncer es uno de los grandes retos de la medicina moderna, y los investigadores, la comunidad científica y la sociedad en general centran sus esfuerzos en desarrollar y financiar proyectos con este objetivo.

Pese a los avances en genética o biología molecular, la lucha contra el cáncer sigue centrándose en los abordajes que hasta ahora han resultado efectivos, como la cirugía, la quimioterapia, la radioterapia o la inmunoterapia.

La Medicina Integrativa se presenta como un complemento para estos tratamientos oncológicos convencionales.

¿Qué es la medicina integrativa?

La medicina integrativa puede definirse como una práctica médica que combina la medicina convencional con algunas terapias naturales consideradas totalmente seguras.

A diferencia de los tratamientos médicos basados en la evidencia científica, estas terapias sugieren un enfoque holístico y filosófico para tratar, de manera integral, cuerpo, mente y espíritu, cubriendo necesidades físicas y emocionales de los pacientes.

Fundamentos de la medicina integrativa en el tratamiento del cáncer

La medicina integrativa se aplica en especialidades como las urgencias o la traumatología, pero también a situaciones en las que la capacidad de respuesta del organismo es débil, la agresión es fuerte o se trastocan todos los aspectos de la vida del paciente, como son las enfermedades crónicas o el cáncer.

En este último caso, la medicina integrativa utiliza las terapias alternativas para paliar los efectos secundarios de la enfermedad y de los tratamientos oncológicos convencionales.

Otro de los principios de la medicina integrativa como tratamiento del cáncer es la Psiconeuroinmunología clínica (PNIc), es decir, el estudio de la enfermedad desde una perspectiva evolutiva, analizando los factores de riesgo y los posibles mecanismos desencadenantes en cada paciente.

De hecho, antes de aplicar cualquier terapia alternativa para complementar un tratamiento oncológico, se analizan aspectos relacionados con el bienestar general del paciente tales como su entorno, su salud mental o su estilo de vida (dieta, calidad del sueño, actividad física, etc.).

Otras premisas de la medicina integrativa son:

  • Combinación de métodos convencionales y alternativos de manera estudiada, personalizada y según las necesidades de cada paciente.
  • Reconocimiento de los avances científicos y de los nuevos paradigmas basados en la investigación científica.
  • Reducción de las intervenciones más invasivas y agresivas siempre que sea posible.

Tratamientos de la medicina integrativa para el cáncer

Dentro de la medicina integrativa, encontramos diferentes especialidades, entre ellas:

  • Intervenciones mente-cuerpo. Su objetivo es mejorar el estado anímico y conseguir un efecto positivo en la salud.
  • Terapias manipulativas. Basadas en el cuerpo, manipulan partes y generan movimientos o posturas específicas.
  • Terapias de energía. Sirven para concentrar la energía liberada por el cuerpo o canalizarla a través de este para conseguir un estado de equilibrio.
  • Tratamientos biológicos. Utilizan sustancias naturales, como las plantas (fitoterapia). Son muy comunes e incluyen suplementos alimenticios, vitaminas, infusiones, etc.
  • Sistemas médicos ancestrales. Sus máximos referentes son la medicina china tradicional y la homeopatía. Ambas ponen su énfasis en el uso del cuerpo, la mente y el espíritu para prevenir y afrontar la enfermedad y los efectos secundarios de su tratamiento.

Algunas de las técnicas de la medicina integrativa para el cáncer son:

  • Acupuntura. La acupuntura reduce algunos efectos secundarios de la quimioterapia, como las náuseas y los vómitos.
  • Aromaterapia. Elegir los aromas adecuados puede mejorar el estado de ánimo y reducir los episodios depresivos.
  • Masaje terapéutico y osteopatía. El trabajo corporal guiado alivia el dolor y genera sensación de bienestar.
  • Meditación. La concentración y el control de la respiración reducen el estrés y la fatiga y mejoran el sueño, algo fundamental para descansar y recuperar fuerzas.
  • Jengibre. El jengibre previene las náuseas y los médicos pueden recomendar tomarlo junto con otros medicamentos tras las sesiones de quimioterapia.
  • Yoga. Beneficioso a nivel físico y mental, el yoga nos mantiene activos y relajados durante el tratamiento contra el cáncer.

¿Existen evidencias científicas sobre la eficacia de los tratamientos de medicina integrativa contra el cáncer?

La medicina integrativa sigue siendo desconocida en algunos países de Europa y América y, hasta la fecha, no se ha demostrado su eficacia objetiva para curar el cáncer.

Sin embargo, cada vez más estudios avalan que algunas de sus técnicas, como la acupuntura, reducen el dolor, las náuseas, los vómitos o la ansiedad.

Este hecho nos anima a promoverlas e incluirlas dentro de un modelo mixto (nunca sustitutivo) que complemente los tratamientos médicos que sí han demostrado ser efectivos y que son los pautados por el oncólogo, cirujano o especialista correspondiente.

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Gracias a su enfoque global, que combina lo mejor de la medicina moderna, las terapias alternativas y la medicina tradicional, la medicina integrativa genera mucho interés en áreas como la oncología.

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