Diplomado en cormobilidades frecuentes en el paciente con enfermedad renal
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Comorbilidades frecuentes en el paciente con enfermedad renal
La enfermedad renal crónica (ERC) es una patología altamente prevalente. Se estima que afecta a un 7-10% de la población general según estudios españoles e internacionales, pero este porcentaje puede alcanzar hasta el 25% en personas mayores de 60 años, y hasta el 40% en ancianos de más de 80 años. No obstante, dado su carácter asintomático, a menudo pasa desapercibida, lo que puede conllevar un infradiagnóstico y un tratamiento subóptimo de las patologías concomitantes.
El diagnóstico de ERC es de vital importancia. Por un lado, conlleva conocer mejor la situación clínica global del paciente, así como especificar mejor su pronóstico vital a corto y largo plazo. Además, permite poner en marcha prácticas de protección de la función renal, al menos ralentizando la pérdida de filtrado glomerular. Estas prácticas incluyen modificaciones de hábitos de vida y salud, evitación de nefrotóxicos y situaciones de riesgo renal, y selección de tratamientos con potencial nefroprotector.
Además, establecer el diagnóstico de enfermedad renal categoriza de forma más precisa el riesgo cardiovascular de los pacientes. El aumento del riesgo cardiovascular se debe a dos grupos de factores. Por un lado, los específicamente derivados de la insuficiencia renal y el ambiente tóxico urémico y sus consecuencias, como la anemia renal o las alteraciones del metabolismo óseo mineral. Por otro, y probablemente más importante, por la coincidencia de múltiples factores clásicos de riesgo vascular y comorbilidades asociadas. Conocer el impacto de estas comorbilidades es de fundamental importancia para todos los agentes sanitarios que tratan con pacientes que tienen o pueden desarrollar enfermedad renal. Este título plantea un programa que revisa algunas de las patologías con mayor impacto sobre el pronóstico cardiovascular de los pacientes renales.